Las diferentes crisis, ya sean económicas, sanitarias o de otros tipos, pueden dar lugar a la insolvencia financiera. A su vez, esto provoca dificultades para pagar impuestos o créditos por parte de un propietario hacia una entidad financiera o un banco. La consecuencia final es el embargo de una propiedad. Un ejemplo de esto son las fincas rústicas embargadas, que podrán adquirirse a posteriori mediante una subasta.
¿Qué son los fincas rústicas embargadas?
Un embargo se origina a consecuencia de un pago que no ha sido realizado por parte del deudor, de forma ordinaria y/o voluntaria. La otra parte, ya sea una entidad financiera o un ente público, al no percibir la cantidad acordada, pone el caso en manos de la justicia. Así, busca garantizar el cobro de la cuantía mediante la venta del bien. Es decir, las fincas rústicas embargadas no se traspasan al banco, sino que se garantiza el cobro de la cantidad adeudada a la parte contratada mediante una subasta pública.
Existen dos tipos de embargos:
- Embargo preventivo: en este caso, la finca rústica queda inmovilizada. A pesar de que el propietario aún tiene poder sobre el mismo, no puede disponer completamente de la misma. Es la garantía absoluta del cobro de la deuda.
- Embargo ejecutivo: la autoridad judicial ordena la retención de la finca rústica embargada. En su defecto, del solar, terreno o bien raíz y procede a la venta del mismo para liquidar la deuda.
Igualmente, también pueden ser embargados una cuantía monetaria, una cuenta corriente del banco, fondos financieros, joyas, obras de arte, salarios o pensiones. En el caso de estos últimos, la orden de embargo puede originarse en un organismos como puede ser Hacienda, un ayuntamiento municipal o incluso la Seguridad Social. Ahora bien, en el caso de las finca rústicas embargadas, el mandato procederá de un juez.
En efecto, para evitar llegar al extremo, la solución es pagar la deuda a tiempo, previamente a la ejecución de la orden judicial o administrativa. De no ser posible, la opción restante es sacar el máximo beneficio económico a la finca rústica. Así, sería posible obtener algún beneficio tras liquidar la deuda.
¿Cómo comprar fincas rústicas embargadas?
Las compras de fincas rústicas embargadas son más comunes de lo que a priori pueda parecer. Las subastas públicas se llevan a cabo de forma ordinaria y cualquier persona con capacidad legal puede pujar por una propiedad o lote subastados.
Aún es más, las fincas rústicas puestas a subasta suelen tener unos precios más asequibles, en comparación con las fincas rústicas en venta por una inmobiliaria o particular. El objetivo es, pues, obtener como mínimo la cantidad adeudada. El resto, dependerá de las necesidades del dueño o de la burocracia y exigencias de las entidades financieras.
Antes de adentrarnos en el proceso de comprar fincas rústicas propiedad de bancos, hemos de tener en cuenta la deuda que se va a comprar. Concretamente, deberemos conocer qué características tiene la hipoteca impagada, los impuestos etc. El motivo es que, al comprar una finca rústica, se adquieren todas las cargas que posee.
Por lo tanto, es imprescindible tener en cuenta ciertas precauciones y conocer en exctitud el saldo pendiente. Como decíamos, puede que el precio de venta de la finca rústica sea asequible y luego se subroguen otros gravámenes anteriores.
Ahora bien, ¿cómo podemos conocer las cargas previas y posteriores de una finca rústica embargada?
- Es posible que, en las bases de la subasta, aparezca reflejada toda la información pertinente en relación a la finca rústica.
- En cualquier caso, es aconsejable pedir la nota simple del terreno en el Registro de la Propiedad. Consiste en un certificado de cargas y gravámenes, el cual indica la totalidad de impuestos del bien raíz a adquirir.
- Al tratarse de una gestión específica, es recomendable contactar con un experto para conocer con exactitud los datos y cuantías finales. Se puede llegar a adquirir una finca rústica embargada con un hasta 50% de descuento sobre el valor real.
¿Qué pasa si se compran propiedades embargadas?
La operación de compra de fincas rústicas embargadas posee ciertas ventajas, a pesar de que puede parecer arriesgado o confuso.
En resumen, el proceso consiste la venta de una finca rústica en la que el propietario no ha podido cubrir los gastos de la hipoteca. Como consecuencia, un banco o entidad pública se han apropiado de los derechos.
Ahora bien, a pesar de ser un proceso legal, es importante que conozcamos en detalles las condiciones.
Pros
- Inversión. Ya sea una primera vivienda o una segunda residencia, las subastas pueden ser un negocio a partir del cual se pueden obtener beneficios.
- Precio más asequible. El hecho de querer vender la propiedad lo antes posible, hace que los bancos o entidades comiencen la puja con un valor inferior al tasado en la propiedad. Aun es más, la rebaja puede alcanzar hasta un 50% de rebaja en comparación con las ofertas comerciales estándar.
- Obtener financiación total. Al tratarse de precios no tan elevados, algunos bancos otorgan el total del valor de la finca rústica mediante un crédito hipotecario a los compradores.
Contras
- Estado de la propiedad. Con el objetivo de asegurarnos que el terreno es una buena inversión y no aportar más del valor de la compra, es aconsejable visitar la parcela. Así, podrás valorar los pros y contras de la compraventa.
- Pago. La cuantía cordada deberá saldarse en un solo pago. También has de tener en cuenta que no se podrá llegar a un acuerdo para rebajar o modificar los plazos de liquidación.
¿Cómo funcionan las subastas de terrenos?
El primer paso es localizar las fincas rústicas embargadas. Estos datos podrás encontrarlos en portales especializados, páginas web de bancos y agencias inmobiliarias o en las de administraciones públicas, como puede ser la Agencia Tributaria.
Igualmente, las subastas de bienes inmuebles están abiertas a personas físicas y jurídicas. Ahora bien, siempre y cuando no existe un impedimento legal, como puede ser una deuda o insolvencia.
En contra de lo que a priori podemos pensar, este tipo de procesos se realizan vía online. Nada tiene que ver con participar en una sala con carteles y la cifra de la puja.
Desde 2015, según la Ley de Enjuiciamiento Civil, todas las transacciones se realizan de forma telemática, con lo que se conoce como “subasta judicial electrónica”.
Por lo tanto, para participar deberás registrarte en el portal de subastas del Boletín Oficial del Estado. En la propias web, encontrarás los bienes ofertados y la fecha en la que se llevará a cabo la puja.
Concretamente, las subastas están abiertas por un periodo de 20 días. Si decides pujar por una finca rústica embargada, es obligatorio ingresar el depósito solicitado. En el caso de resultar ganador, el depósito se descontará del precio final. Al resto de participantes se les reembolsará el dinero.
