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En los próximos diez años, España está en camino de convertirse en el cuarto productor mundial de pistacho, según las proyecciones del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Cada año, se plantan alrededor de 7.000 hectáreas de pistachos en la Península Ibérica, cifra comparable a la de Estados Unidos, líder absoluto en este cultivo.

El pistachero (Pistacia vera) es un árbol que produce uno de los frutos secos más apreciados en el mundo: el pistacho. Originario de Asia Central, este árbol se ha adaptado con éxito a diversas regiones del mundo, incluida España, donde su cultivo ha experimentado un notable crecimiento en las últimas décadas.

El cultivo del pistacho tiene una larga historia en España, aunque su producción comercial se ha desarrollado principalmente en las últimas tres décadas. Los primeros intentos de cultivo a gran escala se remontan a la década de 1970 en algunas regiones del sur de España, como Andalucía y Murcia. Sin embargo, fue a partir de los años 90 cuando el interés por este fruto seco comenzó a aumentar significativamente, impulsado por factores como la demanda creciente en el mercado internacional y el apoyo gubernamental a través de programas de incentivos agrícolas.

Por qué se cultiva pistacho

El interés de los agricultores por el pistacho se ve impulsado por varias razones. Las perspectivas de consumo son prometedoras: en Europa, se consumen aproximadamente 150.000 toneladas de pistachos al año. Gracias a su reputación como un alimento saludable, siendo el único fruto seco que proporciona una proteína completa con todos los aminoácidos esenciales.

Además, el pistacho ofrece ventajas económicas significativas para los productores. La demanda actual supera la oferta, lo que lo convierte en un producto competitivo sin necesidad de subvenciones gubernamentales. Los productores pueden obtener un precio medio de cuatro a cinco euros por kilo, mientras que el coste de producción ronda aproximadamente un euro por kilo.

En la actualidad, se estima que hay alrededor de 70.000 hectáreas de pistacho cultivadas en España, pero solo el 10% de ellas son productivas. Esto se debe a que el pistachero comienza a dar frutos a partir del quinto o sexto año. Aproximadamente el 30% del cultivo se realiza en regadío, lo que puede aumentar significativamente la producción, mientras que el 70% se cultiva en secano.

Con un aumento continuo en la producción, se espera que España supere las 10.000 toneladas anuales en menos de una década, lo que la convertiría en el cuarto productor mundial, solo por detrás de líderes como Estados Unidos, Irán y Turquía.

El aumento en el cultivo de pistacho es solo una parte de los cambios que se están produciendo en el paisaje agrícola español. A medida que los agricultores buscan adaptarse a los desafíos del cambio climático y las variaciones en los mercados agrícolas, están explorando nuevas opciones. Por ejemplo, se observa un crecimiento en los cultivos leñosos como el olivo y el almendro, que requieren menos agua y ofrecen una alta rentabilidad.

 Beneficios económicos y ambientales

El cultivo del pistacho en España ofrece numerosos beneficios económicos y ambientales. En términos económicos, esta actividad genera empleo en zonas rurales, contribuye a la diversificación de la agricultura y aporta divisas a la economía nacional a través de las exportaciones. También, el pistachero es un árbol resistente que puede ayudar a combatir la erosión del suelo y la desertificación en áreas semiáridas, contribuyendo así a la conservación del medio ambiente.

A pesar del crecimiento constante de la industria del pistacho en España, este cultivo enfrenta algunos desafíos, como la competencia de otros países productores, los cambios climáticos y la aparición de nuevas enfermedades y plagas. Sin embargo, también existen oportunidades para su desarrollo futuro, como la expansión a nuevas regiones con condiciones adecuadas para su cultivo, la mejora de las técnicas de producción y la diversificación de productos derivados del pistacho, como aceites, harinas y cremas.

¿Dónde se produce el pistacho en España?

El pistacho es un cultivo exigente en cuanto a las condiciones climáticas y del suelo. Prefiere climas templados y secos, con inviernos fríos y veranos calurosos. En España, las regiones más adecuadas para su cultivo son aquellas con un clima mediterráneo, como las provincias de Almería, Granada, Murcia y Aragón. Además, el pistachero requiere suelos bien drenados y con buen contenido de calcio, lo que limita su cultivo a áreas específicas con estas características.

El cultivo de pistacho en España está especialmente concentrado en provincias como Ciudad Real, Albacete y Toledo en Castilla-La Mancha, donde se encuentran municipios como Tomelloso, Socuéllamos y Villarrobledo con una presencia significativa de plantaciones. En Andalucía, Granada lidera el cultivo, con zonas destacadas como el Valle de Lecrín y la Costa Tropical, seguida por Málaga, especialmente en la Axarquía. En Aragón, Huesca cuenta con algunas plantaciones, aunque en menor medida. Estas provincias ofrecen condiciones climáticas y de suelo óptimas para el desarrollo del pistacho en España.

 Variedades Cultivadas

Es posible que te estés planteando plantar pistacho en tu finca ya que en los últimos años su cultivo ha aumentado por su alta rentabilidad. Vamos a explicar qué es lo que debes saber.

En España se cultivan principalmente tres variedades de pistacho: la Kerman, la Larnaka y la Peter. La Kerman es la más extendida y apreciada por su rendimiento, tamaño de fruto y resistencia a enfermedades. La Larnaka, de origen chipriota, se caracteriza por su excelente sabor y tamaño de fruto. Por último, la Peter, de origen italiano, destaca por su alta productividad y resistencia a condiciones adversas.

La zona óptima para la siembra del pistacho está entre los 30º y 45º N de latitud. Todo lo que serían los países mediterráneos, el Oriente Próximo, China y el sur de Estados Unidos. Se cultiva bien en todo tipo de suelos pero hay que controlar el drenaje ya que no le conviene el encharcamiento.

Se trata de una especie muy resistente. Soporta temperaturas extremas tanto de calor ( hasta 50º C) como de frío (-30º C). 

Necesita mucho calor entre junio y agosto y frío en invierno para asegurar la polinización y posterior floración, que suele ser tardía (entre abril y mayo). En cuanto a la pluviometría, lo ideal es aproximadamente de 600 mm anuales pero puede cultivarse en secano.

 Técnicas de Cultivo

El cultivo del pistacho en España se realiza mayoritariamente en secano, aunque en algunas zonas se emplea el riego por goteo para garantizar un suministro hídrico adecuado durante los periodos de sequía. La poda es una práctica fundamental para mantener la salud y productividad del árbol, así como para facilitar la recolección de los frutos. Además, se suelen aplicar técnicas de control de malas hierbas y plagas para proteger los cultivos y garantizar su rentabilidad.

Cuestiones a tener en cuenta:

  • El pistacho tiene macho y hembra y convendría plantar un macho para cada 10 hembras para una polinización óptima.
  • El marco ideal de plantación es de unos 7 metros entre filas y 5 metros entre árboles.
  • Se pueden plantar en cepellón o a raíz desnuda.  
  • El cepellón se puede plantar cualquier época del año mientras que los árboles a raíz desnuda solo se pueden plantar durante el invierno.

También se pueden comprar plantas ya injertadas en vivero como realizar el injerto en campo. La primera opción es más cómoda pero también más cara. La segunda requiere plantar primero el patrón y más tarde pasar a injertar todos los árboles.

Para preparar el terreno, lo mejor es realizar labores profundas cruzadas. Luego se realiza una pasada con cultivador para dejar el terreno fino. Es importante que justo después de plantar los árboles se tutoren y se protejan con una malla. De esa forma se asegura un crecimiento correcto. Además, para una buena adaptación se tiene que realizar un riego de implantación.

Mantenimiento del cultivo de pistacho

Poda

Según la edad de los pistacheros el tipo de poda a realizar varía:

  • Poda de formación

Se realiza a partir del quinto año, cuando el cultivo no es plenamente productivo. El objetivo es conseguir que el árbol adquiera la forma deseada. La forma idónea es en vaso con tres ramas principales y altura de cruz no superior al metro. Con esa forma se consiguen mejores rendimientos y la recolección es más fácil.

  • Poda de producción

Esta es la poda que se realiza todos los años productivos en invierno. El objetivo de esta poda es conseguir aireación y luminosidad en el interior del vaso. De esa forma se consigue mantener la producción, el objetivo principal de la plantación.

Tratamiento del suelo

El cultivo del pistacho se puede realizar bajo distintos manejos del suelo, en los secanos tradicionales se labra el suelo. En general se hacen una o dos pasadas profundas con arada de vertedera o subsolador para esponjar el suelo y facilitar la entrada del agua. Además, durante el verano se realizan varias pasadas de cultivador para controlar las malas hierbas.

No obstante, también es posible cultivar pistachos con cubierta vegetal ya sea solo en la calle o en toda la superficie. Siegas frecuentes son básicas en este tipo de manejo. Permiten tener una cubierta uniforme y evitar crecimientos excesivos. 

Riego

Las necesidades hídricas del pistachero, oscilan entre 300 y 600 mm según la variedad. En general, en zonas áridas estas necesidades se cubren con dotaciones de riego de entre 4.000 y 6.500 m3/ha.

El riego localizado es perfecto para el cultivo del pistacho. Con ese tipo de riego de se evitan los encharcamientos. Reacciona mejor a riegos abundantes poco frecuente que a pequeños riegos con mucha frecuencia.

Es aconsejable efectuar 3 fases de riego para conseguir una mejor producción.

  • Una primera desde la floración hasta el máximo tamaño del fruto.
  • En segundo lugar, para conseguir un buen endurecimiento de la cáscara es importante establecer restricciones en el riego.
  • Y con la maduración del fruto hasta su recolección, se tienen que cubrir el 100% de necesidades hídricas del cultivo.

Fertilización

Para conseguir un cultivo sano y un buen rendimiento es muy importante cuidar de la fertilización. Hacer un análisis de hojas en primavera es la mejor forma de planificar la fertilización para cada campaña. De esa forma se puede saber que déficits presenta nuestro cultivo.

En regadío lo más usual es aplicar los abonos por fertirrigación. De ese modo se puede controlar al máximo la fertilización adaptándola a las necesidades del cultivo en cada momento.

En secano es común utilizar abonos foliares ya que no es necesario que haya humedad en el suelo. También se pueden usar granulados en momentos en que haya humedad suficiente.

Plagas

Las plagas y enfermedades no suelen afectarle demasiado, ya que se trata de una especie muy resistente. La principal plaga son los insectos picadores que actúan durante el verano dañando la cáscara.

Recolección y procesado del pistacho

Entre finales de agosto y principios de septiembre, según la zona, es el momento de recolectar el pistacho. La recolección se hace con un vibrador con paraguas, como en el olivo.
Una vez este está recogido se tiene que procesar ya que se comercializa pelado y seco.

 Mercado y Comercialización

El pistacho español ha ganado reconocimiento internacional gracias a su excelente calidad y sabor. Actualmente, España se encuentra entre los principales productores y exportadores de pistacho a nivel mundial, compitiendo con países como Estados Unidos, Irán y Turquía. Los principales destinos de exportación del pistacho español incluyen países europeos como Alemania, Francia y Reino Unido, así como mercados emergentes en Asia y América del Norte.

Rentabilidad del cultivo de pistacho

Se adapta de forma excepcional a las condiciones de gran parte de España. Además, con los nuevos regadíos, se pueden conseguir muy buenas producciones. De media, en regadío, el rendimiento de este cultivo es de 2.000 kg/ha a partir del octavo año y hasta el final de su vida productiva. El precio de venda medio de los últimos 10 años es de 4,6 €/kg. Por lo tanto los ingresos en regadío pueden ser de 9.200 €/ha y año. En secano, el rendimiento es un poco menor, entre 1.000 y 1.500 kg/ha pero el cultivo es igualmente viable económicamente ya que los costes también se ven reducidos.

En conclusión, el cultivo del pistacho se ha convertido en una actividad agrícola importante en España, con un crecimiento sostenido en los últimos años. Gracias a sus excelentes condiciones climáticas y de suelo, así como a la experiencia y el conocimiento acumulado por los agricultores locales, España se ha consolidado como uno de los principales productores y exportadores de pistacho a nivel mundial, contribuyendo así al desarrollo económico y ambiental del país.

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