La compra de fincas rústicas de caza puede ser motivada por diversos factores. Para algunos, representa una inversión a largo plazo, ya que estas propiedades suelen aumentar su valor con el tiempo, especialmente si se encuentran en áreas con una alta demanda por parte de los cazadores y amantes de la naturaleza.
Las fincas de caza pueden variar en tamaño desde unas pocas hectáreas hasta miles de hectáreas. Algunas fincas son grandes extensiones de terreno, mientras que otras pueden ser más pequeñas pero aún así ofrecer una experiencia de caza satisfactoria.
Muchos terrenos cinegéticos cuentan con infraestructuras como cabañas, refugios o casas de campo donde los cazadores pueden hospedarse durante su estancia. También pueden contar con torres de caza, puestos de observación y otras estructuras para facilitar la caza.
La mayoría de estas tienen programas de gestión cinegética para garantizar poblaciones saludables de especies cinegéticas y mantener el equilibrio ecológico. Esto puede incluir la siembra de cultivos para atraer a la fauna, la construcción de bebederos y comederos, y la implementación de prácticas de caza sostenible.
Algunas personas optan por la compra de fincas rústicas de caza para disfrutar de esta actividad en su propio terreno y gestionarlo según sus preferencias.
Además de la caza en sí, muchos terrenos cinegéticos ofrecen servicios adicionales como guías de caza, alquiler de armas, transporte dentro de la finca y servicios de limpieza y preparación de la caza.
