Un aspecto a tener en cuenta en la compra de fincas rústicas agrícolas de regadío es el estado de la tierra y su capacidad para soportar cultivos de regadío. Se deben realizar un análisis de suelo para evaluar su fertilidad, estructura y capacidad de retención de agua. Esto permitirá identificar los cultivos más adecuados para la finca y optimizar su producción.

La agricultura de regadío es fundamental en España, permitiendo la producción de una amplia variedad de cultivos esenciales tanto para la dieta mediterránea como para la economía nacional. Entre los cultivos más destacados se encuentran los frutales y el olivo.

Los cítricos predominan en la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía, mientras que manzanas y peras son comunes en Galicia y Cataluña, y melocotones y nectarinas se cultivan en Aragón y Cataluña. Además, el olivo, tradicionalmente de secano, ha visto un aumento en su cultivo en regadío, especialmente en Andalucía, lo que ha mejorado significativamente la productividad y la calidad del aceite de oliva.

Las hortalizas son otro grupo importante de cultivos que se benefician del regadío. Destacan en Murcia, Almería y Valencia. El arroz, por su parte, es un cultivo clave en las zonas húmedas de Valencia (La Albufera), el Delta del Ebro en Cataluña y las Marismas del Guadalquivir en Andalucía, donde las condiciones son ideales para su producción.

En cuanto a los frutos secos, el almendro y el pistacho están en expansión, especialmente en zonas de secano que se han convertido en regadío. La vid, aunque tradicionalmente de secano, se beneficia del riego en ciertas regiones, mejorando tanto la calidad como la cantidad de la producción vinícola.