







6.000.000€
Compra

6.000.000€
Compra
Compra
1.800.000€
Compra
369.000€
Compra
1.800.000€
Compra
2.500.000€
Compra
1.000.000€
Compra
2.400.000€
Compra
11.000.000€
Compra
40.000€
Arrendamiento
Disponer de una finca rústica en Málaga es aprovechar al máximo un entorno agrario privilegiado por su clima mediterráneo cálido, su variedad de suelos y su alto valor paisajístico. Esta provincia andaluza se ha convertido en uno de los epicentros de la agricultura subtropical en Europa, gracias a comarcas como la Axarquía, donde las fincas de regadío se destinan al cultivo de aguacate, mango o papaya, todos con fuerte demanda tanto nacional como de exportación.
En el interior, fincas de secano albergan viñedos con variedades autóctonas como la Pedro Ximénez o la Moscatel, olivares centenarios y cultivos emergentes como almendra o pistacho. Las zonas de Ronda, Antequera o el Valle del Guadalhorce son especialmente apreciadas por su diversidad topográfica, disponibilidad de agua en algunas zonas y por un creciente mercado para el agroturismo y la agricultura regenerativa.
Muchas fincas en la provincia tienen uso mixto, combinando producción agrícola con actividades complementarias como rutas de senderismo, ecoturismo o turismo enológico. Algunos propietarios han transformado cortijos históricos en alojamientos rurales o centros de retiro, aprovechando la gran afluencia turística que recibe la provincia.
Una finca rústica en Málaga puede ofrecer una alta rentabilidad si se combina producción sostenible, comercialización directa y experiencias vinculadas a la tierra. El clima, la infraestructura y el atractivo internacional de la provincia hacen de esta inversión una apuesta segura y adaptable a distintos modelos de negocio.