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Arrendamiento
Una finca rústica en León permite desarrollar múltiples tipos de actividad rural, gracias a la gran variedad de paisajes y altitudes que conforman esta provincia de Castilla y León. En el sur, zonas como El Páramo o la Tierra de Campos están enfocadas en cultivos de regadío, con fincas dedicadas al maíz, remolacha, alfalfa o cereal. El uso del agua procedente del Esla o el Órbigo permite mantener cosechas estables y de gran volumen.
En el norte montañoso, las fincas son mayormente forestales o ganaderas. Valles como los de Babia, Laciana o Omaña albergan pastos de altitud ideales para la cría de vacuno extensivo y explotaciones mixtas con aprovechamiento maderero. Además, muchas fincas integran masas boscosas con roble, abedul y pino silvestre, lo que las hace perfectas para reforestación, educación ambiental o ecoturismo.
La viticultura también tiene presencia en zonas como El Bierzo, donde las fincas de viñedo producen variedades autóctonas como mencía o godello bajo denominación de origen. Muchas de estas explotaciones se complementan con actividades de enoturismo, bodegas familiares o cultivos ecológicos.
Una finca rústica en León es una inversión flexible que puede adaptarse tanto a modelos tradicionales como innovadores, en una provincia que combina paisaje, calidad del suelo y diversidad de usos.