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En esta zona de la Comunidad Valenciana, las fincas rústicas se caracterizan por su diversidad: desde huertos de cítricos en la Plana Baixa, hasta bancales de almendros y olivos en el interior montañoso, pasando por viñedos en pequeñas explotaciones familiares del Alto Palancia.
Los cultivos más extendidos en las comarcas costeras son los cítricos, especialmente la naranja y la mandarina. Las fincas de regadío aprovechan la red hidráulica bien desarrollada, lo que permite mantener explotaciones productivas con rendimientos estables y proyección comercial. En el interior, zonas como Els Ports o el Maestrat ofrecen fincas de secano con plantaciones de almendro, olivo o incluso trufa negra, un cultivo que ha ido ganando presencia gracias a la altitud y al clima frío en invierno.
Las características montañosas del interior permiten también desarrollos forestales o mixtos. Algunas fincas, además de producción agrícola, incluyen terrenos con pinares, encinas o carrascas, lo que permite enfoques diversificados con actividades complementarias como apicultura, rutas de naturaleza o proyectos de reforestación sostenible. Muchas propiedades tradicionales incluyen masías antiguas o almacenes agrícolas que, rehabilitados, pueden servir para uso residencial, agroturismo o producción artesana.
También se ha notado un incremento en la demanda de fincas para uso mixto agrícola-residencial, impulsado por el interés de nuevos pobladores en zonas rurales cercanas a la costa. Proyectos de autosuficiencia, cultivos ecológicos o iniciativas de turismo slow encuentran en Castellón un entorno fértil, bien conectado por carretera y con recursos disponibles para nuevas actividades rurales.
Una finca rústica en Castellón representa una inversión adaptable a diferentes perfiles: desde productores agrícolas hasta emprendedores rurales que buscan una vida ligada a la tierra, con tradición pero también con innovación. La provincia combina calidad del suelo, clima favorable y acceso a mercados, todo en un marco natural privilegiado que respalda un modelo de campo vivo, rentable y sostenible.