








11.000.000€
Compra

La compra de suelo agrícola ha ganado interés en los últimos años, con un mercado activo y en constante crecimiento y es una elección algo más alejada de la especulación en el marco de otro tipo de propiedades, lo que ofrece estabilidad y confianza en la inversión realizada.
En primer lugar, debemos saber qué tipo de suelo estamos comprando. Es decir, conocer la composición realizando un análisis (acidez, nutrientes, porosidad, etc.), para determinar su fertilidad.
Para determinar si los cultivos pueden ser de regadío o de secano, es imprescindible comprobar la disponibilidad de agua (pozos, ríos, lagos o incluso acometidas de la red pública) y en su caso, el clima y la meteorología de la zona (promedio de lluvias, temperaturas, horas de insolación, etc.).
Has de tener en cuenta la orografía y el tamaño de la finca. Si bien lo ideal sería un terreno relativamente plano, se puede sacar partido a un espacio en pendiente abancalado.
La inversión en este tipo de terrenos, no es sólo la compra de suelo agrícola, sino que también ofrece la posibilidad de abrirse al mercado de la producción, profesionalizando el campo y contribuyendo a una economía rural más sostenible y rentable.
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