Las propiedades de secano, se caracterizan por depender principalmente de la lluvia para el riego de cultivos, motivo por el cual hay que tener en cuenta varias cuestiones.
La calidad del suelo y la topografía son determinantes en la compra de propiedad agrícola de secano y habrá que realizar estudios para evaluar la fertilidad y drenaje, así como la topografía para identificar posibles limitaciones.
Es fundamental evaluar la ubicación de la propiedad en términos de condiciones climáticas, y disponibilidad de agua. El clima y la altitud pueden influir en los cultivos viables y en la productividad de la tierra.
En cuanto a las localizaciones, Andalucía es una región clave para la agricultura de secano, donde predominan los cultivos de cereales, olivos y viñas, aprovechando el clima cálido y seco. Por otro lado, Castilla y León se destaca por su producción de trigo, cebada y legumbres, ya que las vastas llanuras y el clima continental favorecen estos cultivos. Además, en Aragón, los agricultores se enfocan en la producción de cereales y almendros, adaptándose a las condiciones semiáridas de la región. Asimismo, en Castilla-La Mancha, el cultivo del olivo y la vid es predominante, aprovechando el terreno árido y las largas horas de sol. Extremadura también es notable por su producción de cereales y aceitunas, gracias a sus condiciones climáticas y suelos adecuados.
Los beneficios que pueden aportar los cultivos van a depender de una investigación completa del mercado agrícola local, la demanda de cultivos y las oportunidades de diversificación.
En resumen, la compra de propiedad agrícola de secano puede ser una inversión rentable si se aborda con un enfoque estratégico y una planificación cuidadosa.
